(…) la Iglesia Católica ha logrado inaugurar en honor de San Antonio de Padua la mayor parroquia que actualmente se levanta en Emiratos. El mérito hay que adjudicárselo a los diez mil católicos que habitan en la zona (un 2,5 por ciento de sus 263.000 habitantes) y especialmente al padre Thomas Ampattukhuzi, un humilde sacerdote indio que cada tarde, incluso en época de vacaciones, logra reunir en misa a cientos de personas en la pequeña iglesia donde actualmente lleva a cabo las celebraciones, fundamentalmente compatriotas del reverendo y filipinos.
Todos comulgan. Todos se confiesan. Todos rezan. Todos cantan. Antes de entrar en la parroquia, fieles a sus tradiciones, los feligreses se descalzan. Y llegado el momento de la consagración, también todos se arrodillan. Incluso los impedidos. Y ello ocurre en un emirato profundamente islámico donde las mezquitas ocupan espacios hasta en los edificios de las empresas, en los centros comerciales y en las gasolineras. «No hay que olvidar que estamos en tierras árabes», asegura el padre Thomas para destacar la dificultad del proyecto.
Esperemos que durante muchos años puedan celebrar misa y que noticias como ésta dejen de serlo…